Se le ha colgado el “San Benito” de ser uno de los grandes enemigos de nuestra salud y de la del planeta, pero lo cierto es que el consumo moderado de carne no solo no es perjudicial, sino que es esencial para el ser humano. Precisamente, las dos más denostadas, la de ternera y la de cerdo, se caracterizan por su alto contenido en proteínas de alto valor biológico y por incluir todos los aminoácidos esenciales. Es decir, todos los que nuestro cuerpo no puede producir, pero necesita para crear, desarrollar o reparar la estructura de nuestros músculos. De este modo, cubrir los requerimientos diarios de estos componentes (consumiendo carne) es fundamental para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los tejidos del cuerpo humano y en definitiva, para nuestro buen estado de salud.
Si su alto contenido en proteínas, uno de los grandes macronutrientes, es vital para mantenernos saludables, no lo es menos su gran aportación de micronutrientes como el hierro y la vitamina D. Además, cuenta con el beneficio añadido de que en la carne los encontramos en la forma en la que nuestro cuerpo los absorbe con mayor facilidad, por tanto, es mucho más efectivo que cuando los obtenemos de otras fuentes. Capítulo aparte merece su alto contenido en vitaminas y minerales como las vitaminas del grupo B, el zinc, el fósforo o el hierro.
Aunque existen otras carnes blancas como las del pavo, el pollo o el conejo, lo cierto es que son las rojas y la del cerdo las más señaladas. Es por ello por lo que hoy queremos centrarnos en estos dos alimentos, para intentar desmontar la falsa creencia de que no son nada saludables.
Más allá de su excelente sabor y su versatilidad, la carne de cerdo es rica en proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales, lo que le confiere grandes propiedades muy beneficiosas para nuestra salud.
Antes de profundizar en las bondades de esta carne, conviene aclarar que estamos refiriéndonos a la carne roja fresca, no a los alimentos procesados que se elaboran con este tipo de carne. En caso de ser consumidor de éstos últimos, te recomendamos que leas detenidamente la etiqueta para asegurarte de que están elaborados con ingredientes saludables. En cualquier caso, si bien la carne roja tiene grandes beneficios para la salud, debemos tener en cuenta que su consumo no puede ser diario (dos veces a la semana sería lo aconsejado). Aclarado este punto, profundicemos en sus indudables ventajas:
Ha quedado claro que la inclusión de la carne roja o de cerdo no solo no perjudica, sino que es muy beneficiosa para nuestra salud, pero hay algunos grupos para los que su consumo es especialmente aconsejable:
Los bebés. Cuando se están iniciando en la alimentación complementaria, la carne contribuye a que alcancen los mayores requerimientos de hierro, fundamentales en esta etapa.
Embarazadas. El consumo moderado de carne roja o de cerdo contribuye a cubrir más rápidamente y de forma más eficaz las crecientes necesidades de proteínas, vitaminas y minerales que caracterizan esta etapa de la vida de una mujer.
Mayores. Entre otros muchos beneficios, al ser una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, aminoácidos esenciales y otros micronutrientes fundamentales, la carne se convierte para las personas de mayor edad en uno de los mejores activos a la hora de prevenir la sarcopenia (reducción de la masa musculoesquelética).
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