De cerdo, de pollo, de pavo e incluso de cordero o conejo. Las salchichas son uno de los productos que más gustan a grandes y pequeños y además, de los más socorridos, sanos, nutritivos y fáciles de hacer. Eso sí, sea cual sea tu preferida, si quieres llevar tus salchichas a otra dimensión gastronómica, acertar con el cocinado es fundamental. Hoy te proponemos cuatro versiones con las que aprovecharás todos los nutrientes de este delicioso producto sin perder un ápice de sabor o textura.
Para este tipo de preparación necesitaremos una sartén antiadherente, que calentaremos a fuego medio. Después de uno o dos minutos, agregamos un poco de aceite. Como las salchichas tienen bastante grasa, con una cucharada tendrás bastante. El aceite impedirá que las salchichas se peguen a la sartén, hasta que la propia grasa del interior comience a salir y nos ayude en el cocinado.
Cuando comience a salir humo del aceite, coloca las salchichas con cuidado en la sartén, una por una, dejando espacio suficiente para que no se peguen. De este modo se cocinarán de manera uniforme por toda partes.
Cocinaremos hasta que estén bien doradas, dándoles la vuelta cada dos minutos hasta conseguir el punto deseado. Dependiendo del tamaño de la salchicha, podemos tardar entre 5 y 10 minutos.
Si quieres reducir el tiempo de cocinado hay diferentes trucos como:
Este tipo de cocinado es muy similar al de la sartén pero no exactamente igual. Comenzaremos poniendo la parrilla a calentar a fuego medio/alto. Cuando haya alcanzado la temperatura deseada extendemos las salchichas, una por una, teniendo cuidado de que no se peguen para que se cocinen uniformemente. Pasados dos minutos les daremos la vuelta y repetiremos el proceso hasta que estén bien doradas.
Cuando hayan adquirido un color marrón oscuro, bajaremos la temperatura de nuestra parrilla y dejaremos que se acaben de cocinar por el interior sin peligro de que se quemen. Dejamos que se cocinen unos 5 minutos más, dándoles la vuelta de vez en cuando.
Un truco para saber si ya están cocinadas es que el jugo que sueltan saldrá transparente.
Este método de cocinado consigue que las salchichas queden crujientes por fuera pero que conserven todo su jugo y grasa interior. Las bratwurst, las frankfurt o las vienesas son idóneas para la cocción, ya que están elaboradas con carne muy molida y grasa y tienen una consistencia muy homogénea.
Para elaborarlas, en una olla ponemos 3/4 de agua y la calentamos. Si quieres aportar un extra de sabor, puedes condimentar el agua con tus especias favoritas o incluso cocer las salchichas en una mezcla de agua y caldo de carne o vegetal. También el vino, la cerveza o el tomate nos dan un sabor muy especial.
Cuando nuestro líquido hierva, introducimos nuestras salchichas, una a una para evitar los salpicones y posibles quemaduras. Una vez tenemos todas nuestras salchichas en la olla, bajaremos el fuego para que se vayan cociendo poco a poco.
Cubrimos con una tapadera. Si has elegido salchichas precocinadas (como las frankfurt o las vienesas) solo tendrás que cocerlas hasta que estén calientes por fuera y por dentro (unos diez minutos). Pero, si las salchichas son frescas, deberás cocerlas alrededor de 30 minutos. En ambos casos, remueve de vez en cuando para que se cocinen por todas partes de manera uniforme.
Al cocer las salchichas no quedan tan doradas como al freírlas o hacerlas a la parrilla y es posible que adquieran un tono grisáceo o blanquecino. Si quieres darles ese toque crujiente y un color más oscuro, una vez cocidas, solo tienes que pasarlas por la sartén, engrasada con un poco de aceite, durante unos minutos, volteándolas de vez en cuando para que se doren por todas partes.
Hacer las salchichas al horno es un método sano, sencillo y que conserva todos los aromas y texturas del producto. La manera más sencilla de hacerlo sería extendiéndolas directamente sobre una bandeja metálica. Pero, si quieres obtener un resultado óptimo, te aconsejamos que sigas esta receta:
Precalentamos el horno a 180 grados centígrados. Mientras se calienta forramos una bandeja de aluminio con papel de hornear. Sobre ella colocaremos la rejilla metálica del horno y sobre ésta pondremos las salchichas, dejando unos dos o tres centímetros de separación para que se cocinen uniformemente.
Horneamos durante 20 minutos (a los 10 minutos les daremos la vuelta). No olvides utilizar unas pinzas largas para manipular las salchichas, para evitar posibles quemaduras con el horno o con la grasa que a veces sueltan de manera inesperada.
Si se han cocinado bien, las salchichas deben tener un aspecto parecido al de las salchichas a la parrilla. El exterior debe estar dorado y crujiente por todas partes y el interior jugoso y firme, sin zonas rosadas. Cualquier jugo que suelten debe salir trasparente, pues es una de las señales claras de que ya están bien cocinadas.
Si crees que todavía no están hechas, introdúcelas de nuevo en el horno y cocínalas en periodos de cinco minutos hasta que estén perfectas por fuera y por dentro.
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