Fast Good: la comida rápida, saludable y respetuosa con el medio ambiente

Recetas refrescantes que te ayudarán a combatir el sofocante calor del verano
11 agosto, 2022
Cómo volver fácilmente a una dieta saludable tras los excesos del verano
12 septiembre, 2022

Fast Good: la comida rápida, saludable y respetuosa con el medio ambiente

Así es, la Fast Food o comida rápida no tiene por qué ser perjudicial para la salud. La mejor prueba de ello es la Fast Good, la nueva tendencia gastronómica que sube enteros cada día en todo el mundo, apostando por la inmediatez, pero sin descuidar la calidad, la sostenibilidad y el consumo de productos saludables.

Esta comida rápida y buena tiene su origen en los restaurantes Fast-Casual, que nacieron en EEUU en la década de los 90, como competencia directa de los locales de comida basura. En ellos seguía primando la rapidez en el servicio, pero no en detrimento del valor nutricional.

Aunque su aparición en las principales capitales europeas es relativamente reciente, apenas 15 años, rápidamente sedujo a algunos de los más reconocidos chefs como Ferrán Adriá, Marc Veyrat o Paul Bocuse. Los consumidores están cada vez más preocupados por la procedencia de las materias primas y los procesos de elaboración de los productos, por conseguir una alimentación equilibrada y por la propia salud y la del planeta. Y, además, quieren conseguir todo ello en una sociedad que se caracteriza por las prisas y la inmediatez.

Para dar respuesta a esta creciente demanda, la industria alimentaria está redefiniendo el concepto de comida rápida, mediante el uso de productos más sanos, más equilibrados y naturales. Por otra parte, en los últimos años han surgido nuevos restaurantes que quieren hacer de su propuesta gastronómica el mejor garante del bienestar de los ciudadanos y de la salud del planeta. Esta propuesta se basa en menús informales en los que el consumidor come de manera saludable, consciente y sostenible, manteniendo su ritmo frenético de vida.

Bases de la Fast Good

Los principios que rigen esta tendencia persiguen dar respuesta a una población que cuenta con muy poco tiempo para comer pero que no quiere convertir su alimentación en una bomba de relojería contra su salud, su forma física o su línea:

  • Los menús Fast Good se basan en comidas completas y equilibradas en las que encontramos todos los grupos de alimentos y principales nutrientes, vitaminas y minerales. Sus recetas están compuestas por féculas, proteínas, aceites, grasas, verduras y frutas, de calidad, saludables y en cantidades razonables.
  • Prioriza los alimentos de temporada y en el caso de las verduras y las frutas, que hayan sido recolectadas en su punto óptimo de madurez.
  • Productos de cercanía. Los ingredientes de proximidad son los más buscados por esta nueva tendencia gastronómica. Y es que la sostenibilidad también pasa por elegir productos de kilómetro 0. Al comprar a proveedores locales se reduce al mínimo el tiempo de trasporte, se evitan los desplazamientos largos y disminuye drásticamente la emisión de CO2 a la atmósfera. Además, aprovechando los recursos de cada zona, se apoya a la economía local.
  • Agricultura ecológica. Se huye de los pesticidas y los productos químicos en general y se cuida al máximo los procesos utilizados para la obtención de los alimentos, dando lugar a recetas naturales, sin conservantes ni aditivos.
  • Respeto al producto. La Fast Good quiere que la calidad del producto vuelva a ser protagonista en todos sus platos. Por ello, elige recetas simples que pongan el acento en la frescura, textura y sabor de los productos principales. Elaboraciones que evitan que se pierdan los nutrientes durante el cocinado.
  • Adiós a las grasas trans. Las grasas son necesarias, pero solo las grasas saludables. Esta convicción se traduce en un continuo esfuerzo por evitar las grasas trans y utilizar solo las buenas. Es decir, las monoinsaturadas y poliinsaturadas, como las del pescado azul, los frutos secos, los aguacates o los aceites vegetales, como el aceite de oliva o el de girasol.
  • Sí al picoteo, pero el sano. Las patatas fritas y lo snacks tradicionales se sustituyen por aperitivos 100% vegetales, elaborados a base de vegetales, legumbres o algas. Se elimina la sal, los azúcares, los saborizantes y todos los aditivos químicos.
  • Nuevos cocktails. El azúcar se reduce a la mínima expresión en estas bebidas y el alcohol se elimina radicalmente. Los conocidos como mocktails se componen de sorprendentes ingredientes como el té kukicha, el jengibre, los arándanos y todo tipo de frutas, vegetales e infusiones.

Ventajas de la Fast Good

Más allá de los incuestionables beneficios que aporta a la salud de los consumidores y al medioambiente, esta nueva forma de comer no solo supone un ahorro de tiempo sino también de dinero, tanto para los comensales como para los chefs y los dueños de los locales, pues las elaboraciones son mucho más sencillas y utilizan técnicas como la cocción, la plancha o el asado, que no solo reducen el tiempo de cocinado y con ello el gasto de energía, sino que también optimizan la productividad.

En definitiva, la Fast Good se basa en la misma filosofía de rapidez, comodidad y variedad de la Fast Food, pero sustituyendo las grasas trans, los azúcares, los aditivos y en definitiva, los productos insanos, por ingredientes saludables, que benefician al consumidor y al planeta. Y todo ello sin renunciar al placer de comer, al disfrute y al sabor, que han conseguido que esta tendencia haya llegado para quedarse.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR

Aviso de cookies