Los problemas con un buen dulce, media tableta de chocolate o una tarrina de helado son menos problemas… Podrá parecerte una afirmación descabellada, y de hecho lo es, pero pocas son las personas que no han recurrido alguna vez a estos peligrosos alimentos para paliar un momento difícil, una pena o una situación de estrés. Y es que existen muchos motivos fisiológicos y psicológicos que nos hacen recurrir al dulce, pero la mayoría de ellos están relacionados con algo tan natural y cierto como la necesidad que tiene nuestro cuerpo de glucosa. Una de las causas más frecuentes de las bajadas de glucosa, más allá de los ayunos prolongados, es el estrés y la ansiedad. Ante estos estados emocionales nuestro cuerpo comienza a producir cortisol, una hormona que nos hace reaccionar ante situaciones de peligro, que obliga a nuestro cuerpo y nuestra mente a trabajar a marchas forzadas. Esto produce esa bajada de glucosa a la que nuestro cerebro responde enviando una señal en forma de necesidad de azúcar (la glucosa que más rápido se metaboliza), para así recuperar la energía y mantener las funciones vitales.
Lo que nuestro metabolismo no distingue es qué alimentos contienen azúcar saludable y cuáles no. Y lo más fácil es recurrir a bollería, chocolate, o pasteles, en lugar de frutas, cereales o frutos secos. Si a todo ello añadimos que la ingesta abusiva de azúcar aumenta el nivel de dopamina (hormona de la felicidad) en nuestro cerebro, tenemos la ecuación perfecta de la que resulta la adicción al azúcar.
Como veis, parece que todo, hasta nuestro metabolismo, se nos pone en contra a la hora de controlar las ganas de comer dulce, pero hay muchas maneras y alimentos que se pueden convertir en nuestros mejores aliados para ganarle la batalla al azúcar. Comenzaremos por los alimentos.
Alimentos que nos ayudan a regular los niveles de dopamina y la necesidad de azúcar
- Alimentos que contienen tirosina. Plátanos, arándanos, fresas, uvas pasas, ciruelas secas, cacahuetes, almendras, avena, soja o bacalao.
- Alimentos ricos en vitamina B6. Pistachos, semillas de girasol, semillas de sésamo, germen de trigo, ajo, patatas, nueces, avellanas, castañas y garbanzos.
- Alimentos con vitamina C. Pimientos, perejil, brócoli, col, coliflor, kiwi, papaya y fresas.
- Alimentos con alto contenido en hierro. Espinacas, lentejas, semillas de sésamo, semillas de calabaza, tomates secos, tomillo o tofu.
- Canela. Esta especia baja los niveles de azúcar en sangre y retrasa el vaciado del estómago, evitando los picos de azúcar que se producen después de las comidas y que provocan, poco después de comer, la ansiedad por los dulces.
- Calabaza y zanahoria. Son muy ricas en hidratos de carbono, pero, al tener mucha fibra, hacen que estos azúcares se vayan absorbiendo poco a poco, equilibrando y manteniendo constantes los niveles de azúcar en sangre.
- El boniato. También es rico en azúcares naturales y en fibra, pero el tipo de fibra del boniato es la pectina, la cual ralentiza la absorción de los azúcares y disminuye la ansiedad por comer dulces.
- La estevia. Al igual que la canela regula los niveles de glucosa en sangre y con ello la necesidad de comer azúcar.
Diez consejos para reprimir las ganas de comer dulce
- Come cinco veces al día. Comer a menudo regula los niveles de azúcar y mantiene tus antojos a raya. Pero si aparecen, opta por un plátano o cualquier fruta y degústalo despacio y saboreándolo.
- Lleva una dieta sana y equilibrada. Muchas veces optamos por dietas muy restrictivas que casi prescinden por completo de los hidratos de carbono (los sanos y los que no lo son). Esto es un grave error, pues nuestro metabolismo los necesita para funcionar correctamente. Si no los aportamos a nuestra dieta, el cerebro nos mandará una señal en forma de necesidad imperiosa de comer dulce, pues ésta es la manera más rápida de obtener la glucosa que necesita nuestro cuerpo y nuestra mente.
- Bebe agua. Muchas veces sentimos la necesidad de comer dulce cuando lo que en realidad tenemos es sed. Bebe agua antes de sucumbir al azúcar y aprenderás a identificar lo que realmente necesita tu cuerpo.
- Evita los azúcares sencillos en el desayuno. Olvídate de bollería, cereales industriales o zumos artificiales y opta por comenzar el día con una buena ingesta de carbohidratos integrales y fruta. Su fibra evitará que tu cuerpo te pida azúcar a lo largo del día.
- Opta por productos naturales y reduce los procesados. Los alimentos procesados, a los que solemos recurrir cuando tenemos un antojo, están repletos de azúcares y aditivos que nos “enganchan” a los dulces. En su lugar opta por frutas, chocolate puro, dátiles, orejones o frutos secos y si no puedes renunciar a la bollería, te recomendamos que la elabores tú mismo con harina integral y para endulzarla sustituye el azúcar por dátiles o estevia.
- Acostúmbrate a leer las etiquetas. Es la mejor manera de ser consciente de los niveles de azúcar de los productos que compras y poder así elegir aquellos sin azúcares añadidos.
- Evita los edulcorantes. Según algunos estudios, el cerebro interpreta la ingesta de edulcorantes como si fueran azúcar y produce las mismas reacciones, lo que no solo no disminuye nuestra adicción al dulce, sino que puede aumentarla.
- Distráete. Muchas veces el aburrimiento nos lleva a atacar la nevera y recurrir al dulce. Si te mantienes ocupado, con una buena lectura, viendo tu programa favorito o mucho mejor, haciendo deporte, evitarás la tentación.
- Cepíllate los dietes después de comer. Puede parecer un consejo absurdo pero lo cierto es que, especialmente si nos cepillamos con una pasta de sabor a menta, nos quedará una sensación de frescor y un sabor dulzón en la boca que evitará que sientas la necesidad de comer dulce tras la comida o la cena.
- Haz ejercicio. El deporte no solo es bueno para tu forma física o para mantenerte en línea. Hacer ejercicio libera endorfinas y éstas te dan una profunda sensación de bienestar y un estado de ánimo excelente. Por tanto, no sentiremos la necesidad de darnos un atracón de dulces para sentirnos felices y satisfechos.