Recorremos la historia para saber un poco más de las salchichas alemanas

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Recorremos la historia para saber un poco más de las salchichas alemanas

German sausages on the barbecue grill, Munich, Germany

Apenas pesan 70 gramos, pero detrás de las tradicionales salchichas alemanas hay toda una historia que se remonta más de 2000 años antes de Cristo. No hay rincón del planeta donde no encontremos alguna variedad de salchicha pero, sin duda, es en el país germano donde este producto se ha erigido como el gran abanderado de la gastronomía de un estado. Hoy os invitamos a conocer un poco más de esta delicia culinaria a través de un recorrido histórico desde sus orígenes hasta nuestros días.

Según numerosas fuentes, el origen de la salchicha se sitúa en Mesopotamia en el año 2000 a. C. Es en este momento cuando encontramos las primeras referencias a un alimento compuesto de carne de cerdo picada y embutida en tripas del mismo animal. Pero, no es hasta la época clásica cuando la salchicha se consagra como uno de los alimentos más populares dentro de la gastronomía griega y romana. De hecho, Homero describía la salchicha en una de las partes de la Odisea, donde compara la impaciencia por hacer justicia de Odiseo con quién hace una salchicha y ansía comerla incluso antes de que esté cocinada.

Por su parte, los romanos también desarrollaron todo un arte dentro de la chacinería, haciendo de las salchichas un auténtico manjar. Tal fue la desproporcionada afición a este producto que lo convirtieron en el protagonista de las Fiestas Luprcales, una celebración de la fertilidad en la que las salchichas cobraron un controvertido simbolismo en el rito del paso del adolescente a la vida adulta. Una polémica que llevo a Constantino I a prohibir no solo su consumo, sino también la celebración de estas fiestas, aludiendo a las connotaciones pecaminosas de la salchicha que se derivaron de este ritual.

Ya en la Edad Media las recetas de salchicha pasaron a ser una auténtico tesoro familiar cuyo secreto solo se desvelaba a la generación siguiente. Es en este momento histórico cuando comienza a evolucionar en tamaño y diámetro, hasta alcanzar la forma que conocemos hoy.

Pero no es hasta la Edad Moderna cuando la salchicha adquiere su mayor protagonismo, extendiéndose a comercios especializados, carnicerías y charcuterías, incorporando nuevos condimentos a las recetas heredadas y surgiendo grandes diferencias según el lugar donde se elaboraban.

Es en este momento cuando los alemanes convierten la salchicha en un auténtico símbolo de su cultura y tradición culinaria. En 1852 crean la famosa salchicha de Frankfurt, una salchicha única que se caracterizaba por estar embutida en una tripa tan delgada que casi es trasparente. La fama mundial de esta variedad alemana por antonomasia, tiene mucho que ver con el carnicero alemán que la bautizó con el nombre de su perro, dachshund. Así, quedó asociada a aquel perrito que más tarde llegaría a Estados Unidos en forma de bocadillo que, al servirse caliente, acabó convirtiéndose en el archiconocido mundialmente hot dog.

La historia de la salchicha llega hasta nuestros días. Hervida, a la plancha, con salsa, entre pan o en plato se ha convertido en una de las estrellas de la gastronomía mundial. Rica en proteínas y con numerosos beneficios nutritivos, no hay país en el que no se consuman pero, sin duda, es en Alemania donde adquiere un indiscutible protagonismo. No en vano podemos encontrar más de 1.200 variedades distintas.

Variedades de salchichas en Alemania

La diversidad histórica de Alemania está detrás de las miles de recetas de salchicha que podemos degustar en el país centro europeo. Antes de su unificación en 1871, Alemania estuvo más de un milenio dividida en un mosaico de pequeños reinos y ciudades independientes y rivales, que presumían de su propia tradición gastronómica y más concretamente, de las variedades locales de salchicha.

La altísima humedad del país no permitía curar la carne que no se consumía en el acto y por ello tenían que recurrir al ahumado o la cocción para asegurar la conservación de este alimento. Si a ello sumamos la devoción de los alemanes por las especias, ingrediente fundamental de las salchichas alemanas, tanto por su sabor como por su capacidad de preservar la carne, no es de extrañar que este producto se convirtiera en uno de los pilares indiscutibles de la gastronomía germana.

Cada región, ciudad e incluso cada familia se enorgullece de producir su propia variedad pero, sin duda, éstas son las más afamadas:

Bratwurst

Es la clásica salchicha alemana, que se elabora a base de carne de cerdo o ternera, condimentada con especias como la nuez moscada, la pimienta o el jengibre. Se puede come a la plancha o hervida.

Bierwurst

Otra de las más famosas salchichas alemanas, se caracteriza por estar aderezada con frutas del bosque, como el enebro o el cardamomo, ajos, granos de pimienta negra, pimentón o mostaza. Originaria de Baviera, es de color oscuro y se come a rodajas.

Blutwurst

Elaborada con sangre, podríamos decir que es la prima alemana de nuestras morcillas españolas. Se puede cocinar o comer curada y podemos encontrar diversos tipos y tamaños, según la región en la que se produce.

Blockwurst

Preparadas con carne de cerdo, ternera, pollo o pavo y aderezadas con sal, pimentón y pimienta blanca, están embutidas en una tripa gruesa y se cuecen antes de comer.

Frankfurter

Es, sin duda, la más conocida a nivel internacional. Delgadas y largas, están aderezadas con diferentes especias y se ahuman. El magro de cerdo se pica muy finamente y se mezcla con tocino y según los expertos, la mejor manera de prepararla es hirviéndola en agua.

Wienerwurst

Elaborada con carne de vacuno y cerdo, a la que se añade una mezcla de cilantro y ajo, se embute en tripa natural de oveja. Es una de las más fáciles de digerir, lo que la convierte en la más indicada para los más pequeños de la casa.

Weisswurst

Es la típica salchicha blanca alemana, que se suele cocinar a la parrilla o cocida. Elaborada con carne de cerdo y ternera y condimentada con especias y huevo, esta especialidad de Baviera tiene un sabor muy característico y es muy apreciada en el país germano.

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