Si has elegido viajar esta Navidad y tu destino es Alemania no puedes perderte uno de los grandes atractivos del país germano durante estas fiestas: los mercadillos navideños. Desde Aquisgrán a Düsseldorf, Colonia, Berlín o Múnich, no hay ciudad o pequeño pueblo que no cuente con uno de estos mercados, engalanados con luces, decoraciones y todo el imaginario de estas fechas y aromatizado por las recetas y productos más tradicionales de cada zona.
Hacer una guía con recomendaciones de todos y cada uno de los mercadillos navideños germanos sería casi misión imposible, pero hoy te traemos las comidas, bebidas y dulces más tradicionales que no te debes perder el los mejores mercados de Navidad de Alemania.
Comenzamos por la capital y por uno de los platos más afamados de Alemania: el Currywurst. Esta famosa salchicha alemana, acompañada de patatas fritas y una deliciosa salsa de tomate y curry, se consume todo el año pero también es uno de los platos estrella de los mercadillos de Navidad. Si buscas una alternativa gastronómica económica pero exquisita, en la cosmopolita Alexanderplatz encontrarás un mercadillo con el mejor currywurst.
Pero en Berlín podemos encontrar mucho más. La rebelde, transgresora y cosmopolita capital alemana, también se rinde a los aromas a vino caliente y galletas de jengibre en multitud de mercados y espectáculos navideños. Entre ellos, no debemos perdernos el que se ofrece cada noche en la Gendarmenplatz, muy cerca de los museos. Su mercado navideño, enmarcado por las gemelas iglesias alemana y francesa, es uno de los mejores lugares donde disfrutar de los típicos dulces, vinos calientes especiados y ricos platos de elaboración casera. Con platos tan suculentos como el schnitzel vienés o las elaboraciones a base de pato, podrás disfrutar de estas deliciosas recetas sintiendo que estás dentro de un cuento de Navidad.
La capital de Baviera, es la cuna de los mercados navideños. Situada a tan solo unos kilómetros de los Alpes, no se caracteriza precisamente por sus altas temperaturas, de ahí que el ponche se convierta en la mejor forma de entrar en calor.
Si quieres imbuirte en el espíritu navideño, solo tienes que acercarte a la plaza del ayuntamiento y recorrer su precioso mercado, disfrutando cada trago de este ponche, una de las bebidas más consumidas estos días.
Se suele acompañar de crema o nata montada, lo que le da su conocida dosis de dulzura que contrasta con el aroma de su, nada despreciable, dosis de alcohol. No hay término medio, o lo amas o lo odias.
Podríamos decir que es la versión alemana o francesa (pues este dulce es original de Francia), de nuestro turrón de almendras. La cercanía de las tierras francófonas ha convertido el nugat en un dulce típicamente alemán. Se elabora a base de almendras, clara de huevo y miel, pero también es habitual incorporar otros frutos secos, como el pistacho, o bañarlos en chocolate. Nuestra recomendación es que no te pierdas el que lleva fresa confitada, una delicia.
Pero, más allá de los dulces, Colonia se convierte estos días en un auténtico cuento de hadas, con árboles iluminados y vistosos artificios que inundan todo de magia.
De hecho, Colonia es considerada como una de las mejores representantes del espíritu navideño en Alemania. Con su imponente catedral como testigo, compite por tener los mejores mercados con su vecina Düsseldorf. Rivalidad que llega también a las cervezas ¿la negra de Colonia o la rubia de Düsseldorf?
La capital de Renania del Norte es otra de las indispensables en lo que a ambiente navideño se refiere. Düsseldorf nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en un auténtico cuento navideño, a través de sus seis mercados temáticos que jalonan esta ciudad a orillas del Rin. Y si quieres disfrutar de una completa panorámica, solo tienes que subir a su noria navideña, que nos ofrece espectaculares vistas del paseo fluvial o el embarcadero de la ciudad.
El mercado de los Ángeles, situado en el corazón del centro histórico, compite con el de los artesanos, en la plaza del ayuntamiento. Pero, tanto en uno como en otro, solo encontrarás una manera de combatir la fría humedad del Rin: una buena taza de chocolate caliente o su versión alcohólica: el vino.
Solo tienes que buscar alguna caseta en la que diga “glühwein” y podrás disfrutar de este tradicional vino caliente especiado, tan típico de Navidad en Alemania.
Finalizamos nuestro recorrido con el rey de los dulces navideños germanos: las galletas Printen. El aspecto tosco y duro de estas galletas se debe a su origen, pues eran elaboradas para aguantar largos viajes en perfecto estado de conservación. Pero, más allá de su imagen, su penetrante aroma a canela y jengibre, les confiere una personalidad que las ha convertido en un imprescindible de la Navidad. De hecho, no se entiende un mercadillo navideño sin ese aroma que invade cada esquina, calle o plaza del país germano.
Acércate al mercadillo de la plaza del ayuntamiento y anímate a degustar una de estas galletas de intenso sabor y textura arenosa, mientras contemplas una de las grandes protagonistas de la Navidad en Aquisgrán: la enrome figura de galleta navideña que decora la escalinata de la catedral.
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