Disfrutar de una cena completa, nutritiva, rica y saludable no solo es posible sino que no tiene por qué suponer un gran esfuerzo o quitarnos mucho de ese tan deseado tiempo de descanso. Preparar esta última comida del día puede ser tan sencillo como divertido y convertirse, incluso, en un momento de relax y desconexión después de una dura jornada de trabajo. Si te cuesta creerlo solo tienes que lanzarte a preparar alguna de las recetas que te ofrecemos a continuación.
Es el primer plato perfecto tanto de una cena de invierno, en su versión caliente, como de una cena de verano, solo tenemos que dejarla unas horas en el frigorífico. Además, es sana, ligera y muy fácil de preparar.
Para elaborarla necesitaremos 2 hojas de acelga, 3 puerros, 1 calabacín, 2 zanahorias, 1 cebolleta, 3 dientes de ajo, 1 patata, 100 g de pan, aceite de oliva virgen extra (AOVE), orégano y sal.
Preparación: pelamos los dientes de ajo, los laminamos y los doramos en una cazuela con un chorrito de aceite. Pelamos y picamos la cebolleta y la incorporamos. Lavamos bien los puerros, picamos y agregamos. Pelamos las zanahorias las cortamos en rodajas y las añadimos. Hacemos lo mismo con el calabacín. Limpiamos las acelgas, quitamos los hilos, picamos y agregamos. Por último pelamos la patata y la troceamos cascándola con un cuchillo. Rehogamos todas las verduras durante unos 10 minutos. Cubrimos con agua, sazonamos y las cocemos otros 20 minutos. Retiramos, trituramos y cuando hayamos conseguido una crema homogénea, retiramos y reservamos.
Si estás a régimen puedes prescindir del siguiente paso pero si eres un incondicional de los tostones, solo tendrás que cortar en cuadraditos el pan y freírlos. Los escurrimos en un plato con papel absorbente y los espolvoreamos con orégano (también quedan riquísimos con ajo en polvo). Emplatamos la crema en boles y añadimos nuestros tostones.
El mundo de las tortillas no se acaba con la tortilla de patata o la francesa, se pueden elaborar con infinidad de ingredientes y siempre quedan deliciosas. Hoy os proponemos una de coliflor con cebolla. Si la probáis ya no podréis prescindir de ella.
Para elaborarla necesitaremos 5 huevos, 1 coliflor mediana, una cebolla, AOVE y sal.
Elaboración: retiramos las hojas y el tallo de la coliflor y separamos los floretes del tamaño lo más similar posible. Los lavamos bien y los colocamos en un recipiente apto para microondas. Cubrimos con agua, tapamos y cocinamos durante cuatro minutos a máxima potencia. La coliflor debe quedar cocida pero al dente.
Mientras se cuece la coliflor, pelamos la cebolla y la cortamos en juliana fina. La pochamos en una sartén a fuego suave con un poco de AOVE, hasta que tome un suave color caramelo. Agregamos la coliflor y continuamos pechando a fuego suave, removiendo de vez en cuando y troceando poco a poco la coliflor.
Batimos los huevos en un recipiente hondo y sazonamos al gusto. Añadimos la coliflor y la cebolla y removemos bien. Cuajamos nuestra tortilla como si de una tortilla de patata se tratara. El tiempo de cocinado dependerá del punto de cuajado que más nos guste.
Esta receta, de uno de los pasteles salados franceses más afamados, nos ofrece en un solo plato todos los nutrientes básicos de una comida sana y equilibrada. Además, es muy fácil de preparar y si la acompañamos de una ensalada verde, tendremos una completísima cena.
Para elaborarla necesitaremos 1 lámina de pasta brisa, 1 calabacín, 8 lonchas de bacon, 2 puerros, 2 huevos, 400 ml de leche evaporada, AOVE, sal y nuez moscada.
Elaboración: cubrimos un molde de fondo desmoldadle con la lámina de pasta brisa. Recortamos el sobrante y cubrimos con papel de hornear. Colocamos unos garbanzos encima, para que la pasta no suba y horneamos a 180 grados durante 25-30 minutos. Retiramos los garbanzos y el papel de hornear.
Mientras, lavamos y picamos los puerros y el calabacín y lo pochamos en una sartén con un poco de AOVE y una pizca de sal. Retiramos la piel del bacon, lo picamos y lo añadimos. Cocinamos durante dos o tres minutos y reservamos.
Por otra parte, batimos los huevos y añadimos la leche evaporada. Sazonamos, añadimos un poco de nuez moscada y mezclamos bien. Incorporamos las verduras, mezclamos bien y vertemos sobre la pasta brisa. Horneamos a 180 grados durante 10-12 minutos. Desmoldamos y emplatamos nuestra Quiche con la ensalada verde.
Esta elaboración es mucho más fácil de lo que se pudiera pensar y el resultado es delicioso, original y super nutritivo. Para prepararla necesitaremos 5 muslos de pollo, una cebolla pequeña, un limón, dos patatas medianas, AOVE, 100 ml de vino blanco, dos ajos, tomillo fresco, romero seco, pimienta y sal.
Elaboración: precalentamos el horno a 200 grados. Pelamos la cebolla y la cortamos en aros de unos 0,5 cm. Separamos los aros de cebolla y los colocamos en una fuente apta para horno. Lavamos y partimos el limón, troceamos una mitad y exprimimos el zumo de la otra. Bañamos la cebolla con este zumo. Colocamos los muslos de pollo sobre la cama de cebolla, junto con el limón troceado, el tomillo fresco y los dientes de ajo partidos por la mitad.
En un mortero picamos el romero seco y lo mezclamos con la mitad de vino blanco, un chorro de AOVE, sal y pimienta. Removemos bien y pintamos el pollo con esta mezcla. Con lo que sobre bañamos toda la bandeja.
Horneamos, con calor arriba y abajo, pero sin aire, unos 40 o 45 minutos a 200 grados, en el centro del horno. Durante el horneado vamos regando con la mitad que nos queda de vino blanco, para que no se quede sin líquido. Cuando la carne esté tierna retiramos del horno.
Podemos acompañar nuestro pollo con una simple ensalada o con unas patatas fritas u horneadas.
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