Si tu hijo no es, precisamente, de buen comer, si tiene demasiado tiempo o se aburre o si, simplemente, quieres que descubra el placer de cocinar y comer, te animamos a que prepares algunas de las siguientes recetas con él. Cocinar no solo puede ser muy divertido sino que les enseña a relacionarse con la comida y les anima a probar nuevos sabores, ya que ellos son los que han elaborado esas recetas. En definitiva, cocinar con niños puede ser todo un reto, pero también una manera de educar, aprender a trabajar en equipo o compartir experiencias que estrechan los lazos y la unión familiar.
Nosotros vamos a elaborar nuestras quesadillas con aguacate y pavo, pero quedan igualmente deliciosas con jamón cocido, pollo y las verduras que más gusten en vuestra casa o a los más pequeños.
Para elaborar nuestra receta necesitaremos el zumo de tres limas, ralladura de 1 lima, 60 g de aceite de oliva virgen extra (AOVE), 10 g de jengibre fresco, 2 dientes de ajo, 500 g de pechuga de pavo sin piel, en filetes cortados a tiras, 20 g de zumo de limón, 350 g de aguacate pelado sin hueso, hojas de menta fresca, sal, pimienta negra molida, 6 tortillas de trigo y 100 g de lechuga cortada en juliana.
Elaboración:
Trituramos el jengibre, la menta, el ajo, la sal y la piel de lima, junto con el aceite y el zumo de lima. Marinamos la pechuga de pavo con esta mezcla durante al menos 1 hora. Cuando ya esté marinada, salteamos el pavo en una sartén con un poquito de aceite.
Trituramos el aguacate con el zumo de limón y un poco de sal y pimienta y montamos nuestras quesadillas. Para ello, partimos en cuatro las tortillas de trigo y las pasamos ligeramente por la sartén. Colocamos la mitad de los trozos de tortillas repartidos en platos y sobre ellos extendemos el aguacate, el pavo y la lechuga. Tapamos con los otros trozos de tortitas y servimos. Podemos acompañarlos de crema agria, queso crema o salsa de chile o tomate (para los más pequeños).
En nuestra receta os enseñamos a preparar la masa pero, si no tienes mucho tiempo, puedes utilizar tortillas de trigo o una masa de pizza fina ya elaborada.
Para la masa necesitaremos 225 g de harina, AOVE, 1/2 cucharadita de azúcar, 12 g de levadura fresca de panadería y sal.
Para el relleno utilizaremos 250 g de lonchas finas de jamón cocido, 1 taza de queso mozzarella rallado, orégano seco y salsa de mostaza o tomate (según el gusto).
Elaboración:
Calentamos 100 ml de agua con el azúcar hasta que se temple. Añadimos la levadura y removemos hasta que se disuelva bien. Tamizamos la harina sobre un cuenco grande y la mezclamos con una pizca de sal. Añadimos la levadura disuelta y removemos con una cuchara de madera. Incorporamos 25 ml de aceite y seguimos mezclando. Disponemos la masa en una superficie enharinada y la amasamos con las manos hasta obtener una pasta lisa.
Formamos una bola con ella, la untamos con un poco de aceite y la colocamos en un cuenco. Cubrimos con film trasparente y la dejamos en un lugar cálido durante una hora o hasta que se doble su volumen.
Precalentamos el horno a 200 grados. Extendemos la masa sobre una superficie enharinada y la estiramos con un rodillo, también espolvoreado de harina, hasta formar un rectángulo fino de unos treinta por veinte centímetros. Por encima colocamos las lonchas de jamón, dejando libre como un centímetro o dos de masa por todo el contorno. Espolvoreamos con queso rallado y enrollamos desde uno de los extremos hasta formar un tronco. Disponemos en una bandeja de horno, forrada con papel vegetal, con la doblez hacia abajo y horneamos durante unos 30 minutos o hasta que la superficie este dorada. Dejamos reposar 10 minutos y cortamos en rebanadas gruesas con un cuchillo de sierra. Espolvoreamos con orégano y servimos, acompañado de salsa de mostaza o tomate aparte.
Nosotros hemos utilizado los cinco quesos que enumeramos a continuación, pero si alguno de ellos (como el gorgonzola) es demasiado fuerte para los más peques, lo podéis sustituir por otro o directamente prescindir de él.
Para elaborar nuestra pizza necesitaremos 1 masa para pizza refrigerada o si os atrevéis, masa casera, 1 mozzarella fresca, 3 cucharadas de salsa de tomate, quesos gorgonzola, cheddar, de cabra y emmental y un poco de orégano seco.
Elaboración:
Extendemos la masa de pizza sobre una fuente de horno y cubrimos con la salsa de tomate. Repartimos la mozzarella troceada por la superficie. Añadimos el resto de los quesos en las cantidades y forma que más os guste ( lonchas, rallado o en dados).
Horneamos a 230 grados (con el horno precalentado), hasta que los bordes de la pizza estén bien dorados. Servimos inmediatamente, tras espolvorear nuestra pizza con un buen pellizco de orégano.
Y de postre, esta tarta que es tan sencilla como deliciosa. Para elaborarla solo necesitarás 200 g de masa de hojaldre, 2 manzanas, 3 cucharadas de mermelada de frambuesa, 2 cucharadas de miel y 1 cucharada de azúcar.
Elaboración:
Extendemos la masa y la cortamos en rectángulos de unos 20 cm de largo aproximadamente. Los colocamos sobre una bandeja de horno, engrasada y recubierta con papel antiadherente. Pelamos las manzanas y las cortamos en gajos finos, como de unos 3 milímetros de espesor. Esparcimos la mermelada de manera homogénea sobre cada rectángulo de masa y colocamos los gajos de manzana sobre la mermelada. Vertemos la miel sobre las manzanas y espolvoreamos con el azúcar.
Colocamos en el horno, que habremos calentado a 180 grados y cocinamos durante unos 25 o 30 minutos o hasta que la masa esté dorada. Dejamos templar y servimos. Esta tarta resulta todavía más deliciosa si la acompañamos con helado de mantecado o vainilla.
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