Definitivamente las vacaciones 2022 han pasado a la historia. Para la mayoría de los mortales la vuelta a la oficina es ya un hecho y los días de fiestas, reuniones familiares, aperitivos y excesos en general han quedado aparcados en nuestros lugares de asueto. Eso sí, pocos son los que no se han traído, a modo de “recuerdo”, unos kilillos de más. Pues bien, es momento de comenzar a deshacernos de ellos, volviendo a una vida y dieta sana y equilibrada. Si sigues nuestros consejos, comprobarás que es mucho más fácil de lo que puedas imaginar y que no solo te ayudará a recuperar la línea perdida, sino que te inyectará el ánimo y la energía, que tanto necesitamos para afrontar la dura “cuesta de septiembre”.
Perder en una semana lo que has ganado en tres meses no solo es una utopía, sino que además no es nada aconsejable ni para tu salud física ni, mucho menos, para la mental. Por tanto, no te pongas metas imposibles. Si has ganado bastante peso, perder dos kilos al mes sería los más recomendable y si solo son uno o dos, con volver a la rutina y dejar helados, cervecitas y comidas copiosas, para momentos esporádicos, será más que suficiente para recuperar la forma perdida.
Matarte de hambre, para perder rápidamente todo lo ganado, no solo es nocivo para tu salud, sino que es la mejor manera de recuperar rápidamente todo lo perdido e incluso algún kilillo de más. Por tanto, recurre a dietas equilibradas, bajas en grasas, azúcares e hidratos de carbono de asimilación rápida. Y si has ganado mucho peso, lo mejor es que te pongas en manos de un especialista que te ayude a adelgazar de forma segura y saludable.
Por popular que sea el dicho “todo lo bueno engorda” no es más cierto. Hay infinitos productos y recetas exquisitos y además, super saludables. Sólo tenemos que cambiar el “chip” mental que nos hace creer que está mucho más bueno todo aquello que tiene cantidades ingentes de grasas y azúcares. Con verduras, pescados, legumbres o carnes magras podemos realizar recetas dignas del paladar más exigente. Y si no lo crees, solo tienes que echar un vistazo a los menús de los restaurantes con estrella Michelin. Todos ellos basan sus propuestas gastronómicas, mayoritariamente, en los productos mencionados.
Cierto es que tenemos poco tiempo y que el estrés nos hace devorar la comida, hasta el punto de no saber siquiera qué estamos llevando a nuestra boca. Pues bien, nuestro consejo es que saques al menos 20 minutos de tu apretada agenda y comas masticando despacio y disfrutando y siendo consciente de cada bocado. No solo te ayudará a relajarte y a tener un momento de disfrute en medio de la vorágine diaria, sino que te ayudará a digerir mejor y a perder peso, pues al comer despacio nos llenamos antes y con mucha menos comida.
La fibra es básica, no solo para facilitar el tránsito intestinal, sino también para conseguir saciarnos más rápidamente. Éste es un buen motivo para introducir más frutas y hortalizas en nuestra dieta, pero, ni mucho menos, el único. Además, nos aportan grandes cantidades de vitaminas, minerales y otros nutrientes fundamentales, apenas contienen grasas y nos aportan muy pocas calorías. De hecho, deberían convertirse en el ingrediente principal de tus recetas y no un mero acompañamiento de carnes, pescados o legumbres.
Cierto es que cada vez son más los adeptos a los ayunos intermitentes y todo tipo de “reparto” de las ingestas diarias, pero para volver a la normalidad, después de los atracones estivales, nada es más efectivo que realizar cinco comidas, pues te mantendrás saciado durante todo el día y no llegarás a la siguiente ingesta muerto de hambre. Tu estómago se ha acostumbrado durante el verano a recibir y tener que digerir grandes cantidades de comida y hacer largos ayunos puede desembocar de nuevo en grandes atracones.
Cuando no tenemos tiempo para regresar a casa a comer, lo más fácil es recurrir a los restaurantes cercanos o lo que es peor, a la comida rápida. Hacerlo de forma puntual no es un problema, pero, si quieres recuperar la línea perdida o si, simplemente, quieres comer de manera saludable, lo mejor es que te unas a la corriente del “tupper”. Prepara recetas equilibradas y llévatelas a la oficina. Y para no caer en la tentación de las máquinas de vending es aconsejable traer de casa fruta, yogurt o frutos secos para almuerzos y meriendas.
Muchas veces creemos que tenemos hambre cuando en realidad lo que tenemos es sed. Y aunque éste no sea el caso, lo que sí es siempre efectivo es beber líquidos para engañar al estómago. Además, un nivel óptimo de hidratación no solo te ayuda a eliminar toxinas sino que hace más fácil adelgazar. Más allá de la siempre aconsejable agua, infusiones, caldos, zumos naturales (sin abusar para no ingerir excesiva azúcar) y todo tipo de bebidas sin azúcar, pueden hacer mucho más llevadera la vuelta a la comida sana y equilibrada.
Si planificas un menú semanal equilibrado será mucho más difícil que caigas en la tentación. Eso sí, cuando acudas a la compra hazlo con una lista que contenga los productos necesarios para preparar ese menú y no te salgas de dicha lista. Llena tu despensa y nevera de productos sanos y ligeros y evita los alimentos ultraprocesados o repletos de grasas y azúcares. Porque sí o sí, si los tienes en casa acabarás comiéndotelos.
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