La subida de las temperaturas es directamente proporcional al aumento de las ganas o casi necesidad, de consumir helados. Un super refrescante placer que no siempre es beneficioso para la línea y lo que es más importante, para nuestra salud. Grasas saturadas, azúcares, conservantes y aromatizantes son, muchas veces, los ingredientes principales de algunos de los helados que podemos adquirir en los supermercados. Si bien es cierto que cada vez son más los fabricantes que incluyen entre su oferta versiones sin azúcares añadidos, bajos en grasas e incluso veganos, la mejor manera de asegurarte de que tu familia está degustando helados saludables es prepararlos tú mismo. Si sigues leyendo, descubrirás que es mucho más fácil de lo que podrías imaginar y que, contra todo pronóstico, un helado bajo en grasas, sin azúcares añadidos y con muchas menos calorías también puede ser delicioso.
Si eres incondicional de los helados, pero no quieres acabar el verano “rodando” o con el colesterol y el azúcar por las nubes, estos tips te pueden ayudar:
Con los consejos anteriores en mente, te proponemos algunas recetas de helados que harán las delicias de los más golosos sin pasar factura a nuestra salud. Versiones de tradicionales recetas o propuestas innovadoras, todas ellas super saludables, que te sorprenderán.
Sin duda, un clásico entre los clásicos. Pero, la novedad es que no utilizaremos para su preparación ni nata, ni leche entera, ni azúcar. Solo necesitarás un litro de leche desnatada, pasta de dátil o el edulcorante que más te guste, canela en rama y en polvo, cuatro huevos y un limón. comenzaremos hirviendo la leche con la peladura del limón y la canela en rama. Mientras está la leche templada, mezclamos bien con la pasta de dátil o el edulcorante. Dejamos que se enfríe y metemos en el congelador, hasta que comience a helarse, pero no esté todavía muy dura. Mientras tanto batimos las claras de los huevos a punto de nieve muy firme. Cuando la leche esté comenzando a congelarse, mezclamos con las claras y espolvoreamos con la canela. Metemos en el congelador y seguimos mezclando con movimientos envolventes cada media hora, hasta que consigamos la textura buscada.
Aunque este helado es más reciente, se ha convertido en uno de los top ventas de las heladerías de todo el mundo. Si eres uno de sus fans, hoy te descubrimos una receta muchísimo más saludable e igualmente deliciosa.
Necesitaremos 500 g de queso crema desnatado, un bote de mermelada de fresa sin azúcar, edulcorante natural (eritrol o estevia), avena y pasta de dátiles. Para su elaboración comenzamos hidratando la avena en un poco de leche. Cuando esté blandita la mezclamos con la pasta de dátil y la reservamos en la nevera. En un vaso o máquina batidora batimos bien el queso crema junto con el edulcorante que hayamos elegido. Una vez consigamos una pasta cremosa (se le puede añadir un poco de leche), vamos incorporando a la mezcla trocitos de la preparación de avena con dátil. Mezclamos ligeramente y añadimos mermelada de fresa al gusto. Colocamos en el congelador durante, al menos, tres horas y ¡a disfrutar! Si quieres que quede todavía más cremoso puedes recurrir a las claras de huevo a punto de nieve.
Puede que éste sea el más sano y fácil entre los más fáciles de todos los helados que puedes elaborar en tu casa. Es tan sencillo como elegir las frutas que más te gusten y mejor combinen, trocearlas y guardarlas en el congelador hasta que estén heladas. Después introduces en la batidora o robot de cocina, con un chorro de limón para que potencie el sabor, y bates hasta que tome una textura cremosa. Si entre las frutas elegidas está el plátano, el mango o el dátil, no hará falta que añadas edulcorante alguno. Y si prefieres una consistencia todavía más cremosa y similar a la del helado tradicional, solo tienes que añadir leche o yogurt desnatado (te recomendamos el griego por su cremosidad).
Este helado solo es apto para los más golosos y aunque es muy sano, no conviene abusar de él si se está a dieta o se quiere mantener la línea. Para elaborarlo solo necesitamos plátano maduro, crema de cacahuete y cacao en polvo desgrasado. Comenzamos troceando el plátano (uno por comensal). Lo metemos en el congelador durante dos o tres horas y una vez transcurrido este tiempo lo ponemos en el robot de cocina junto con una cucharada sopera de crema de cacahuete por comensal y otra de cacao. Batimos hasta que consigamos la textura deseada y servimos, adornado con trocitos o virutas de chocolate (mínimo 70% de cacao).
Puede que sea la fruta más de moda en los últimos años. Cargada de aminoácidos, omegas esenciales, fibra, vitaminas, minerales y proteínas, esta fruta brasileña, original de la región amazónica, está considerada como uno de los mayores antioxidantes del mundo. Conseguir este fruto en España no es tarea fácil, pero sí podemos comprarlo en forma de polvos en herboristerías y algunos supermercados especializados. Para dos raciones de este super saludable helado, necesitaremos 4 plátanos maduros, 3 cucharadas de polvo de açaí, 100 ml de leche vegetal y una cucharadita de aceite de coco. Una vez más, congelaremos el plátano troceado. Después solo tenemos que triturarlo con el resto de los ingredientes y servirlo de inmediato para que no pierda consistencia ni propiedades. Se suele servir con frutos rojos (arándanos, moras o fresas), virutas de chocolate puro y mantequilla de cacahuete.
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