Son, sin duda alguna, las reinas indiscutibles del verano. No hay menú, restaurante o casa en que no sean protagonistas en los meses de más calor y tal vez, precisamente por eso, muchas veces no es fácil innovar y sorprender a nuestros comensales con ensaladas diferentes, nutritivas y sabrosas. Para ayudarte a conseguirlo, hoy te sugerimos algunas ideas deliciosas, refrescantes, coloridas y repletas de nutrientes.
Lo primero que sorprende de esta ensalada es que nunca encontraremos en ella dos de los imprescindibles de este plato: el tomate o la lechuga. Sus ingredientes principales son el pimiento rojo, el pimiento verde y la cebolla, a ser posible morada. Para prepararla picaremos bien finos estos productos y los aliñaremos con una vinagreta a base de aceite de oliva virgen extra, perejil, menta, pimienta y el jugo de algún cítrico, como el limón o la lima y un poquito de sal. Si te gusta el picante, los más atrevidos también le añaden un poco de guindilla.
Las ensaladas de pasta son uno de los platos más socorridos durante la temporada veraniega. Más allá de ser un entrante, se convierten en un perfecto y super nutritivo plato principal. Nosotros te proponemos que sustituyas el tomate natural por tomate seco y que el toque vegetal lo dé la rúcula. Puedes prepararla con cualquier tipo de pasta corta, siempre al dente, y se aliña con aceite de oliva virgen extra, albahaca y parmesano rallado. Si le añades unos piñones tostados tendrás la versión veraniega de uno de los platos italianos más afamados: la pasta al pesto.
Ensalada de fruta y espinacas
El contraste dulce-salado sube enteros en los menús de los más reputados chefs a nivel internacional y precisamente, ésta es la cualidad que hace de esta ensalada una deliciosa tentación, sana, ligera y super refrescante. Como base utilizaremos espinacas baby, a las que añadiremos fresas y cerezas cortadas en pequeños dados. Troceamos y doramos unas nueces y dejamos enfriar para que la ensalada conserve su frescor. Cortamos en tiras una pechuga de pollo o pavo, que antes habremos pasado por la plancha, y cuando esté fría añadimos a la ensalada, junto con las nueces. También podemos utilizar fiambre de pavo, pollo o jamón cocido. Aderezamos con un poco de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta y en el último momento añadimos un toque de miel y unos daditos de queso feta (o el que más te guste).
Las ensaladas de legumbres son otro clásico entre los clásicos de los menús en verano. Nosotros te proponemos que les des un toque distinto, sustituyendo las verduras y hortalizas frescas por una escalivada a base de berenjena, cebolla y pimiento rojo al horno, que dejaremos enfriar antes de añadirla a nuestra legumbre preferida (tanto con garbanzos como con alubias queda deliciosa). Aliñaremos con aceite de oliva virgen extra, pimienta y sal (poca cantidad pues no olvidemos que los salazones aportarán el toque salado). Una vez mezclados todos los ingredientes, coronamos nuestra ensalada con tiras de bacalao desalado, hueva, mojama o anchoas.
El arroz salvaje puede ser el sustituto exótico perfecto al tradicional arroz redondo en tus ensaladas de verano. Para hervir el arroz y que quede en su punto es fundamental seguir las indicaciones del envase, pues el tiempo de cocción puede variar de una a otra marca. Antes de montar la ensalada, dejamos que el arroz se enfríe completamente. Escurrimos maíz y edamame y lo lavamos con agua fría. Pelamos y troceamos una zanahoria en dados muy pequeños. Pelamos y picamos finamente una cebolla y la añadimos al arroz junto con el resto de verduras. Para el aliño, utilizamos aceite de coco, mostaza, salsa de soja, jengibre molido, sal y pimienta al gusto. Cuidado con la sal, pues la soja ya es muy salada. Incorporamos a la ensalada, removemos y guardamos en la nevera hasta el momento de servir. Si quieres conseguir un plato todavía más completo, puedes añadir taquitos de pavo, pollo o salmón ahumado o marinado.
La quinoa ha llegado a nuestros menús para quedarse y si, tradicionalmente, es el perfecto acompañamiento para carnes, pescados o salsas, en verano puede ser el ingrediente principal de una sanísima ensalada. Nosotros la hemos utilizado como base, a la que añadiremos tomates cherry cortados por la mitad, cebolleta tierna finamente picada, daditos de piña o de kiwi, bolitas de mozzarella y atún en aceite de oliva o ventresca de atún (lo incorporaremos a la ensalada una vez aliñada y mezclada para que no se deshaga). Para el aliño utilizaremos aceite de coco o leche de coco, que emulsionaremos con pimienta, cúrcuma, sal y una buena cantidad de curry. Si te gusta el picante, también puedes añadir una pizca de cayena molida.
Esta preparación es tan deliciosa como fácil de preparar. Puedes cocer tú mismo las judías, pero, si no tienes tiempo, las que compramos hervidas y envasadas en bote de cristal también resultarán perfectas. Las escurrimos bien y disponemos en una ensaladera o fuente. Troceamos el aguacate y lo colocamos sobre a las judías. Cortamos en juliana una cebolleta tierna y añadimos a los ingredientes anteriores. Aliñamos con una vinagreta a base de aceite de girasol, una cucharada sopera de mayonesa (o yogurt si la queremos más ligera) y un chorrito de vinagre de Módena. Mezclamos bien y coronamos nuestra ensalada con huevo duro cortado en cuartos.
Éstas son solo algunas ideas, pero recuerda que una misma ensalada puede parecer totalmente distinta si utilizamos una salsa o aderezo diferente. Desde el clásico aceite, vinagre y sal, a los más sofisticados aliños, a base de Pedro Ximénez, yogurt, salsa de soja o vinagres aromatizados con manzana, frutos rojos o trufa, contamos con un sinfín de posibilidades para conseguir servir, a nuestros más exigentes comensales, una ensalada distinta cada día del verano.
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