Jornadas laborales interminables, la crisis o la necesidad de llevar una alimentación equilibrada ha hecho que cada vez sean más los que llevan la comida a la oficina. Una costumbre, cada vez más arraigada, que ha hecho de los “tupper” el gran aliado. De hecho, desde que en 1947 la marca Tupperware presentó su recipiente de plástico para guardar comida, su uso no ha dejado de crecer. El invento de Earl Silas Tupper causó tal revolución que a día de hoy hemos adquirido la palabra táper o tupperwere para referirnos a cualquier recipiente en el que transportamos y guardamos alimentos.
Y sin duda fue, ha sido y será de gran ayuda, pero es fundamental que seamos más que concienzudos tanto en su almacenamiento como limpieza pues, de no ser así, no sólo acumularán desperdicios, olores y colores sino que podría perjudicar nuestra salud.
Consejos para conseguir unos tuppers impecables
Pero, ¡tranquilos! porque hay formas muy sencillas y eficaces de luchar contra esos restos que demasiado a menudo impregnan nuestros tuppers. Solo tenéis que seguir estos consejos:
- No esperes a la noche. Será demasiado tarde. Es fundamental lavar nuestro tupper nada más acabar de comer. Si no lo haces, los restos se endurecerán, quedarán pegados al plástico y tanto los olores como los colores penetrarán haciendo casi imposible eliminarlos. Lo ideal es que los friegues con agua y jabón pero, si por cualquier razón no puedes hacerlo, al menos lávalos con agua y deja un poco de papel absorbente dentro hasta que llegues a casa.
- Estropajos suaves. Los estropajos abrasivos acaban rallando el fondo y las paredes de los tuppers, creando pequeños surcos en los que se acumulan restos y olores.
- A remojo con vinagre. Al llegar a casa vuelve a fregar el tupper con agua caliente y jabón. Si aún así no está del todo limpio o sigues percibiendo olores, llénalo de de agua y vinagre blanco y deja que actúe como mínimo tres minutos. Después vuelve a lavar con agua y jabón. Frotarlos con sal o con limón también te puede ayudar.
- Si las manchas no se van, puedes utilizar lejía de uso alimentario. Deja el tupper con agua y este tipo de lejía unas horas y no olvides seguir siempre las instrucciones del fabricante.
- No guardes los guardes cerrados pues, aunque estén limpias, pueden generar malos olores. De hecho, lo ideal es que, aunque guardes los tuppers en un armario, de vez en cuando los saques a que se aireen y si es al sol todavía mejor.
- El bicarbonato de sosa también te puede ser muy útil en los casos más difíciles. Solo tienes que mezclar una pizca de este producto con agua tibia, hasta formar una pasta, con la que luego untaras el tupper. Deja que actúe durante un día y después vuelve a lavar a fondo la tartera con agua y jabón.
- Renueva la “flota”. Si ni con todos estos consejos consigues que tus tuppers queden impolutos, tal vez sea porque ha llegado el momento de cambiarlos. Y nuestro consejo es que, aunque te gastes un poquito más, compres fiambreras de calidad, ya que son mucho más resistentes a olores y sabores y muchísimo más fáciles de limpiar.
- Mejor de cristal. Si no tienes tiempo y quieres ahorrarte todo lo anterior, utilizar tuppers de cristal es tu mejor opción, pues su lavado es facilísimo y no quedan impregnados ni de olores ni de sabores. Eso sí, ten en cuenta que son mucho más frágiles, caros y pesados de llevar.
Nosotros nos decantamos por los tuppers de cristal pero, si eliges los de plástico, asegúrate de que son de buena calidad, que se puedan calentar y que cierran herméticamente. No dudes en disfrutar de nuestras maravillosas recetas en tus tuppers, pronto te traeremos novedades en nuestro canal de Youtube.