Con la primavera no solo llega la luz, las flores y los mejores productos del campo, también vuelven a nuestras mesas los platos más ligeros, refrescantes y cargados de sabor y vitaminas. Las cocinas alemanas no escapan a esta explosión de sabor y color. Como en el resto de países europeos, la gastronomía germana celebra la llegada de la nueva estación con platos ligeros y frescos, que incorporan ingredientes de temporada como los espárragos, las fresas, las hierbas aromáticas o el pescado fresco.

A continuación te descubrimos algunas de las recetas más reconocidas de la primavera alemana. Platos deliciosos, que combinan tradición y producto, con los sabores únicos que caracterizan la gastronomía del país.

Spargel (espárragos blancos) con salsa holandesa

El espárrago blanco es uno de los ingredientes más emblemáticos de la primavera germana. Su temporada comienza a finales de abril y se extiende hasta mediados de junio. Su llegada supone todo un acontecimiento, especialmente en el sur del país, que se celebra con el “Spargelzeit”, un evento culinario muy esperado. Ésta es una de las recetas, más populares, con la que los alemanes disfrutan de esta verdura en su mejor momento.

Para elaborarla necesitaremos 1kg de espárragos blancos; 50 g de mantequilla; 2 yemas de huevo; 1 cucharada de vinagre blanco; 1 cucharadita de mostaza y sal y pimienta al gusto.

Elaboración:

Pelamos los espárragos cuidadosamente con un pelador. Hervimos en agua con sal durante unos 10 o 15 minutos, dependiendo del grosor, hasta que estén tiernos pero firmes.

Mientras cocinamos los espárragos, preparamos la salsa holandesa. En un bol resistente al calor batimos las yemas con el vinagre y la mostaza. Colocamos el bol sobre una olla con agua caliente (al baño de María), batiendo constantemente para que espese.

Añadimos la mantequilla derretida poco a poco, mientras se sigue batiendo hasta obtener una salsa suave y cremosa. Rectificamos de sal y pimienta.

Servimos los espárragos templados con la salsa holandesa por encima.

Krautsalat (ensalada de col alemana)

Es uno de los platos estrella de la primavera y el verano en Alemania. Se trata de una ensalada refrescante y ácida, que se suele utilizar como acompañamiento de platos de carne o pescado a la parrilla, para aportar frescura y un toque crujiente. También se puede servir como un entrante ligero.

Para elaborarla necesitaremos 1/2 cabeza de col blanca, finamente picada; 1 zanahoria rallada; 2 cucharadas de vinagre de manzana; 1 cucharadita de azúcar; 2 cucharadas de aceite de oliva; 1 cucharadita de semillas de alcarraza (opcional); sal y pimienta al gusto.

Elaboración:

Colocamos la col picada y la zanahoria rallada en un bol grande. En un tazón pequeño, mezclamos el vinagre, el azúcar, el aceite de oliva, la sal y la pimienta, hasta que el azúcar se disuelva completamente. Veremos la mezcla sobre la col y la zanahoria y mezclamos bien para que se impregnen todos los ingredientes.

Dejamos reposar la ensalada durante unos 30 minutos para que los sabores se integren. Se puede servir fría o a temperatura ambiente, decorada con semillas de alcarraza, para darle un toque y sabor especial.

Wurstsalat

Esta emblemática ensalada es originaria de Baviera pero se degusta en todo el país a lo largo de la primavera y el verano. Es uno de los platos principales que se sirven en la famosa Oktoberfest. La versión clásica de esta receta se prepara con salchicha cocida y ahumada estilo Regensburger, pero también puede quedar perfecta con cualquiera de nuestras salchichas tradicionales de Picken.

Para elaborar la ensalada necesitaremos 4 salchichas; 3-4 pepinillos grandes encurtidos; 1 cebolla roja pequeña; perejil fresco, cebollita; 1 cucharada de vinagre de jerez; 1 cucharada de jugo de los pepinillos; 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (AOVE); sal y pimienta negra.

Elaboración:

Retiramos la piel de las salchichas y las cortamos en rodajas. Cortamos la cebolla en aros finos y los pepinillos, también en rodajas. Picamos finamente el perejil y el cebollino.

En un bol mezclamos el vinagre, el líquido de los pepinillos, el AOVE, la sal y la pimienta.

En un ensaladera, ponemos todos los ingredientes (reservamos un poco de perejil y cebollino para decorar). Añadimos el aliño y mezclamos suavemente. Dejamos marinar unos 10 o 15 minutos y servimos, decorada con el perejil y el cebollino que habíamos reservado.

Esta ensalada se puede acompañar con un típico pan alemán de centeno y con mostaza.

Erdbeerkuchen (pastel de fresas)

La primavera alemana no estaría completa si no pudiéramos disfrutar de un delicioso pastel de fresas. En Alemania, éste es un postre muy popular y apreciado por su sabor, ligereza y toque crujiente. Es la opción perfecta para poner el broche de oro a una comida primaveral germana.

Para elaborar esta receta necesitaremos 250 g de harina; 150 g de mantequilla; 100 g de azúcar; 1 huevo; 1 cucharadita de levadura en polvo; 500 g de fresas frescas; 200 ml de nata para montar; 50 g de azúcar glas y gelatina fresca.

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180 grados. Mezclamos la harina, la mantequilla, el azúcar, el huevo y la levadura, hasta formar una masa homogénea.

Extendemos la masa en un molde para tartas, presionando con los dedos para que cubra todo el fondo y los bordes. Horneamos durante unos 15 o 20 minutos, hasta que esté dorada.

Mientras la base se enfría, montamos la nata con el azúcar glas, hasta que quede firme.

Lavamos y cortamos las fresas en mitades o en cuartos, según su tamaño. Colocamos sobre la base, ya fría.

Cubrimos las fresas con la nata montada y pintamos con la gelatina de fresa, para darle un brillo extra. Refrigeramos durante, al menos, un ahora y servimos.