Con las temperaturas disparadas parece que podríamos sobrevivir a base de agua, zumos, refrescos y litros y litros de gazpacho. Pero, en realidad, no es así, pues estaríamos privando a nuestro cuerpo de muchos nutrientes indispensables para el buen funcionamiento de nuestro metabolismo. Lo que sí es cierto es que, más allá de nuestro delicioso gazpacho andaluz, la gastronomía internacional nos ofrece un amplísimo abanico de sopas y cremas frías que nos pueden ayudar a combatir el calor y la deshidratación, al tiempo que nos aportan vitaminas, sales minerales, hidratos de carbono y grasas saludables. Nosotros hoy queremos hacer una aproximación a algunas de las más afamadas y tradicionales de todo el mundo, pero, si buceas en Internet, encontrarás miles de recetas super refrescantes, nutritivas y deliciosas.
Si de sopas frías perfectas para verano hablamos, el gazpacho andaluz ocupa, sin lugar a duda, el número uno del ranking. Elaborado a base de tomate, pimiento, pepino, cebolla, ajo y aceite de oliva, no solo es delicioso y super refrescante, sino que, además, es fuente inagotable de vitaminas y fibra, lo que lo convierte en una de las recetas más saludables de las que podemos disfrutar cuando aprieta el calor.
Sin salir de nuestras fronteras seguimos con el Salmorejo. La receta, originaria de Córdoba, es muy parecida a la del gazpacho andaluz, pero al tomate, ajo, vinagre y aceite de oliva se le añade una buena cantidad de miga de pan. Eso sí, no puede ser cualquier pan. El más aconsejado por los cordobeses es el pan telera. Y para acompañar esta deliciosa sopa fría, un poco de jamón y huevo duro bien picado aportarán sabor y completarán un plato super nutritivo.
Sin duda, si hay un sitio en España donde aprieta el calor en verano, éste es Andalucía. De aquí que las tres sopas frías más conocidas en nuestro país provengan de esta región. Completamos el triunvirato con el ajoblanco, también típico de la vecina Extremadura. Se elabora con pan, almendras molidas, aceite de oliva, agua, sal y vinagre. Tradicionalmente se come acompañado de uvas o trocitos de melón, e incluso con una patata cocida (típico de Málaga).
Es para los franceses lo que el gazpacho para los españoles: la reina de las sopas frías veraniegas. Es todo un clásico de la gastronomía del país galo que ha traspasado fronteras. De hecho, también es una de las cremas más preparadas en España durante la época estival. Gracias a sus ingredientes: puerro, cebolla, patata, leche y nata, adquiere un color blanco y una textura cremosa que la hacen única y exquisita. Aunque en la original el ingrediente básico es el puerro, la nueva cocina la ha reinventado añadiendo manzana o calabacín.
De Francia saltamos a la vecina Italia para descubrir otra delicia en forma de sopa: la minestrone. Se trata de un tradicional caldo, nacido en Milán, de verduras (puede ir acompañado de pasta o arroz) que se puede comer caliente o frío. Suele llevar judías, cebolla, apio, zanahorias y tomate y como “guinda del pastel” se le añade queso parmesano rallado, cuando se sirve en el plato.
Podríamos decir que es, sin duda, la más llamativa de las cremas frías de verano, por su característico color rosado. Es la sopa veraniega más consumida en países como Rusia, Lituania o Polonia. Según el país o región donde se prepare, los ingredientes pueden variar, pero la base es un caldo de remolacha a la que se añade huevo cocido, eneldo y perejil.
Como no podría ser de otra manera, siendo el aguacate el ingrediente principal, esta sopa fría es una de las más tradicionales de México. Su origen se encuentra en la ciudad de Atlixco, en Puebla y su sabor es inconfundible y muy refrescante. Elaborada con aguacates, chile jalapeño, pimienta de cayena y cilantro, además de picante y super sabrosos este plato es muy nutritivo.
Originaria de Bulgaria y Albania, si hay una sopa típica de verano en los países de los Balcanes ésta es la sopa Tarator. Es un plato frío de yogur con pepino y eneldo, que aporta hidratación y refresca en los días en los que las altas temperaturas no dan tregua. Se suele tomar como tentempié o aperitivo, pero también puede ser un primer plato perfecto.
Podríamos decir que es la versión griega o turca del tarator de los Balcanes. Es una de las mejores opciones para calmar la sed en los meses del verano. Sus ingredientes principales son yogur griego, pepino rallado, aceite de oliva, zumo de limón, ajo, perejil, menta, pimienta y/o eneldo. Su sabor se caracteriza por un toque cítrico que la hace única y deliciosa.
Esta sopa es uno de los grandes placeres que podemos importar de la India durante el verano. El ingrediente principal es este tipo de melón, al que acompañan yogur griego, limón y menta. Una combinación de productos que le dan una cremosidad y aroma que sorprenden desde la primera cucharada. Esta super refrescante crema se puede tomar como primer plato o como postre.
De la India viajamos a Japón para descubrir esta exótica crema fría a base de dashi (caldo base de la cocina japonesa), miso blanco (una pasta de sabor intenso que se obtiene de la soja) y sésamo. Se suele servir con jurel a la plancha, arroz, tofu, pepino y hojas de shiso. Es una sopa de sabor suave pero también muy sabrosa que es todo un regalo para los paladares más exquisitos. Además, los nipones aseguran que tiene grandes propiedades medicinales.
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